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El Rallye de Avilés siempre se ha caracterizado por ser un rallye muy difícil. Con unos tramos que patinan en seco, cuando caen unas gotas se convierten en verdaderas pistas de patinaje. Y como no podía ser de otra forma, la lluvia hizo acto de presencia a lo largo de la prueba, planteando verdaderos quebraderos de cabeza a los pilotos en el momento de elegir los neumáticos, ya que al tener que elegir un tipo de goma con el que realizar tres tramos distintos en alguno de ellos tendrían que correr con las ruedas equivocadas.

Prueba de la dureza y las condiciones de la prueba fueron los numerosos accidentes que se produjeron, destacando la grave salida de pista que sufrió José Piñón.

Como ya viene siendo habitual en los últimos rallyes, Hevia atacaba a fondo marcando los dos primeros scratchs de la prueba. El junior de Mitsubishi, Rueda estrenaba la lista de abandonos ya en el primer tramo. Ojeda se salía en el segundo, golpeando fuertemente contra un talud, su copiloto, Raquel Fernández, debería ser hospitalizada con varias lesiones. En el siguiente tramo el oficial de Fiat, Rantur, se salía dando varias vueltas de campana.

En estas circunstancias finalizaba el primer bucle con una clasificación poco habitual, ya que el líder de la prueba era Cabo quien no se encontraba la carretera tan mojada como los primeros en salir al tramo, seguido de Vinyes, Méndez y Vallejo, siendo Hevia quinto a 8 segundos del líder.

En el tramo cuatro las condiciones volvían a ser muy complicadas y José Piñón no pudo controlar su Clio el cual impactaba lateralmente contra un árbol, golpeándose en la cara ya que la violencia del golpe rompía su casco. El grave accidente del piloto de Renault puso en evidencia la frágil seguridad del rallye, el piloto estuvo 20 minutos inconsciente dentro del coche sin recibir asistencia y el sistema GPS de aviso de emergencias que montan los coches oficiales no funcionó en ninguno de ellos. Este accidente debería servir como punto de inflexión y obligar a reflexionar tanto a federaciones como organizaciones sobre la mejora de la seguridad de pilotos y espectadores.

Tras el accidente de Piñón el rallye fue otro, con todo el mundo pendiente de las noticias que llegaban sobre el estado del piloto. Vallejo que paró y atendió tanto a Ojeda como a Piñón, se mostraba muy afectado por lo sucedido, situación que se reflejaba en su crono del tramo quinto.

El segundo bucle finalizaba con Hevia de nuevo en cabeza, seguido de Vinyes a 5 segundos, Sordo a 18 y Vallejo a 19 segundos.

En el tramo séptimo Hevia rompía el soporte del motor cediendo el liderato a un Vinyes que marcaba el scratch con las ruedas adecuadas, aunque la alegría le duraba poco ya que en el tramo octavo, el más largo del rallye, Vallejo marcaba el scratch. Hevia recuperaba el liderato, siendo Vinyes segundo y Vallejo tercero.

En ese momento quedaban dos tramos, con la segunda pasada por el tramo largo como final del rallye, Vallejo arriesgaba en la monta de ruedas y si bien en el tramo 9 hacía un tiempo discreto, lo compensaba con creces con el tiempo del último tramo, en el que marcaba el segundo scratch. Alcanzando el segundo puesto final.

En el último tramo se quedaba Fuster quien se salía de la carretera, mientras que Vinyes pinchaba y Sordo heredaba la tercera plaza final.

La cuarta plaza y el Gr.N fue para el canario Santi Concepción, que sigue a la espera de su C2 Super1600, mientras que Pedro Burgo era quinto y segundo en la categoría de producción, resultado que le permite recuperar el liderato del campeonato.

El Trofeo C2 se estrenaba en Avilés y allí el gallego Rico se hacía con la prueba con autoridad.